March 19, 2008

juicios y prejuicios

En el recorrido de la vida hay unos tramos para la pasión y otros para la razón, pero todos pasan por el cauce de la emoción, de la que en un grado u otro dependen y sacan partido. Lamentablemente, para muchos la «madurez» consiste en reprimir las emociones y la pasión, y quien no lo hace es acusado de «inmaduro» o «adolescente». Pero sólo estos, los de la sinceridad a contracorriente, son los que más cerca habrán estado de la felicidad. Ahí está, en la emoción, toda el alma humana y lo que nos hace humanos, porque las diferencias genéticas y funcionales del homo sapiens con los otros primates no son muy destacadas ■ ae

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