Un jovencísimo Chesterton –22 años- escribió el relato de un hombre que dio la vuelta al mundo, navegó, escaló, peregrinó y se extravió, para llegar a su propia casa, de la que había partido. Era el germen de la idea chestertoniana que, durante años, habría de repetir: podemos pasar mil veces sobre la misma idea, u objeto de la realidadexterna, y a la que hace mil una, de repente, por fin, entenderla, “verla” por primera vez. Muchas veces, dijo, un hombre ha de dar la vuelta al mundo para llegar a sí mismo, a su casa ■ ae
May 17, 2008
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