September 30, 2008

despedidas

No es fácil. A veces en la vida hay que abandonar al borde del camino una mujer, un hombre, una empresa, una doctrina o una pasión para seguir otro destino, otra vida, que pensamos en conciencia que es mejor. La pensamos nosotros, lo que no quiere decir que sea compartida ni admitida por todos, o por algunos. Cuando eso suceda procura evitar al alejarte cualquier apariencia de vulgaridad o de traición. Sé buena gente. Esfuérzate en despedirte con la mayor delicadeza, precisamente porque sabes que será la última vez. Esas personas que anduvieron en nuestras vidas un trecho, cuyo umbral no volverás a franquear, son a las que debes despedir con el mayor cariño y respeto. Si lo hacemos el resultado, al menos en el secreto del alma, será no renegar de aquella parte de nosotros mismos que un día se comprometió con afectos hoy desaparecidos, o empresas que abandonamos. Incluso en permanecer agradecidos a lo que amamos y luego nos destrozó. Sufriremos, pero sin poso de amargura. No seas mal@, y despídete ■ ae

1 comment:

Anonymous said...

esto me lo mandaste en un mail y van como diez veces que lo leo... hermoso!! No sabes cómo tengo presente este escrito tuyo y cómo me ha ayudado. Le has dado otro sentido..cd