Tipo curioso, Edgard Allan Poe. Casó con su prima Virginia cuando él tenía 27 años y ella 13 ( al ministro presbiteriano tuvieron que mentirle diciéndole que ella tenía 21). Fue su gran amor. Virginia muere a los 24 años víctima de la tuberculosis. Edgard ya nunca volvió a ser el mismo: perdió el rumbo de su vida. Murió a los 40 años por exceso de la bebida y de las drogas. Sus últimas palabras fueron “¡Que Dios se apiade de mi pobre alma!”. Annabel Lee fue el último poema que escribió, publicado después de su muerte, y buena parte de sus biógrafos e historiadores coinciden en señalar que lo escribió pensando en Virginia. Su última estrofa reza así. For the moon never beams, without bringing me dreamsOf the beautiful Annabel Lee; And the stars never rise, but I feel the bright eyesOf the beautiful Annabel Lee; And so, all the night-tide, I lie down by the sideOf my darling — my darling — my life and my bride, In her sepulchre there by the sea, In her tomb by the sounding sea. Pues la luna jamás brilla sin traerme sueñosde la bella Annabel Lee;ni las estrellas se levantan sin que yo sienta los ojos luminososde la bella Annabel Lee.Así, durante toda la marea de la noche, yazgo al lado de mi adorada -mi querida- mi vida y mi prometida, en su tumba junto al mar, en su tumba que se eleva a las orillas del mar. La verdad , a veces, es que a menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd ■ ae
February 25, 2008
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